5 de abril: Domingo de Ramos
en contexto de pandemia 2020
Hoy, los cristianos celebramos la entrada triunfal de Jesús en Jerusalén.
Es el día de la bendición de los ramos,
esos que nos acompañan todo el año,
como signo de fe en el paso de Dios
por nuestra casa, por nuestra vida.
Este año 2020 nos tenemos que quedar en casa.
Pero podemos armar un ramo
(con las ramas que consigamos en el jardín o en algún arreglo floral decorativo)
y pedirle a Dios que al bendecir nuestra mesa
bendiga también el ramo y junto con el
bendiga a nuestra familia,
bendiga nuestro hogar.
Y así, nos preparamos para comenzar esta Semana Santa diferente.
Una semana para valorar lo importante.
Días para estar aislados, pero unidos.
Un tiempo para pedir perdón y para perdonar.
A continuación, les transcribimos la lectura del Evangelio de este Domingo de Ramos.
Interesante observar la contradicción de Jesús que entra a la ciudad de Jerusalén y es aclamado como Rey, pero entra montando un burro…
El burro es un animal de carga, no es el caballo que montan los reyes “de verdad”, y desde el que imponen su autoridad.
Jesús, seguramente sabe que en Jerusalén no le espera nada fácil.
La gente lo recibe colocando sus mantas de alfombra y agitando sus palmas.
Y a su paso, lo aclaman “Hosana…” que en hebreo quiere decir EL SEÑOR SALVA.
Evangelio según San Mateo, capítulo 21, 1-11
1 Cuando se acercaron a Jerusalén y llegaron a Betfagé, al monte de los Olivos, Jesús envió a dos discípulos,
2 diciéndoles: «Vayan al pueblo que está enfrente, e inmediatamente encontrarán un asna atada, junto con su cría. Desátenla y tráiganmelos.
3 Y si alguien les dice algo, respondan: «El Señor los necesita y los va a devolver en seguida».
4 Esto sucedió para que se cumpliera lo anunciado por el Profeta:
5 «Digan a la hija de Sión: Mira que tu rey viene hacia ti, humilde y montado sobre un asna, sobre la cría de un animal de carga».
6 Los discípulos fueron e hicieron lo que Jesús les había mandado;
7 trajeron el asna y su cría, pusieron sus mantos sobre ellos y Jesús se montó.
8 Entonces la mayor parte de la gente comenzó a extender sus mantos sobre el camino, y otros cortaban ramas de los árboles y lo cubrían con ellas.
9 La multitud que iba delante de Jesús y la que lo seguía gritaba: «¡Hosana al Hijo de David! ¡Bendito el que viene en nombre del Señor! ¡Hosana en las alturas!
10 Cuando entró en Jerusalén, toda la ciudad se conmovió, y preguntaban: «¿Quién es este?».
11 Y la gente respondía: «Es Jesús, el profeta de Nazaret en Galilea».
Que en esta Semana Santa venga el Señor,
que nos traiga su paz y su perdón.
Que lo dejemos conmover nuestro corazón,
y fortalecer nuestra confianza
en el Dios de la Vida y del Amor.
Equipo de Gestión
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