LA POTENCIA DEL ENCUENTRO
El encuentro en la vereda. El 269 que se hace esperar. Después de un día de clase. Bajamos a unas cuadras de la Capilla donde se encuentra el comedor. Cuando nos ven, varios chicos vienen corriendo. Más las chicas que los chicos. Algunos chicos más grandes ya se ponen medios parcos para las demostraciones de cariño.
Cómo explicar qué hacemos?
Apoyo escolar, jugamos, dibujamos, ayudamos con la tarea…
No podríamos, no queremos además, explicarlo desde la carencia. No explica lo que hacemos la falta, ni los problemas de los chicos en la escuela, ni solamente la certeza de que la formación de nuestros jóvenes es más que simplemente estudiar.
Entonces qué es lo que creemos que genera nuestra experiencia…principalmente un encuentro prolífico en intercambios, en muchos afectivos, en un poco de conocimiento sobre las tareas escolares, de conocimientos de otras realidades.
Compartimos tiempo. Construimos “nuestro tiempo”
Más de una mamá se ha acercado para decirnos que mejoró en la escuela. En un caso porque levantó la nota en una materia, en otro caso porque aunque ande flojo en las materias, no quieren restarle el tiempo a una actividad como esta.
Seguramente faltará a la explicación de qué hacemos, el por qué. Seguramente tenga que ver con el rescate o la herencia de aquellos religiosos que construyeron con su historia la opción preferencial por los pobres; la seguridad de que la desigualdad, a diferencia de la diversidad, no es una cuestión divina y por lo tanto debe generarnos acción y compromiso.
Grupo Solidario Piuqué
Sagrado Corazón-Castelar